¿A tu perro no le interesa el juego?

 

Existen muchos perros con desinterés por el juego, e independientemente de que sea por una causa grave o no, el hecho de no jugar debería captar todo nuestro interés.

El juego no es simplemente un interés general que algunos perros tienen, el juego es una parte fundamental de la genética de la especie canina y es una manera que interactuar con el mundo para con la que obtienen grandes beneficios:

  • Jugar ofrece estimulación mental sana y es una manera excelente de sacar energía.
  • Jugar fortalece y mejora el vínculo humano-perro y perro-perro.
  • Jugar es otra muy buena manera de recompensar a un perro al aprender nuevas conductas y habilidades.
  • Jugar es divertido. Involucrarse en algo divertido mejora enormemente su calidad de vida.
  • Jugar ayuda a satisfacer conductas instintivas de nuestros perros como: cazar, rastrear, proteger, etc. Si no las satisfacemos de alguna manera, su calidad de vida se ve muy afectada. El juego es la manera más sana y adaptativa de satisfacer estas conductas.

Existen varias razones por las que a un perro podría no interesarle el juego. Podría ser desde algo grave, hasta algo menos complicado de solucionarse. Las más comunes de ellas son:

1. Aburrimiento o falta de estimulación

La concentración de los perros no suele ser muy duradera. Esto quiere decir que pierden interés muy fácil y rápido por algo. Esto es aún más cierto en cachorros. A los perros les encantan las cosas nuevas cuando se trata de estimulación. Por eso mismo, tienden a aburrirse muy rápido de sus juguetes y de los juegos que hacen con otros.  Para eso:  ✔es importante cambiarle sus juguetes cada día. No me refiero a que tienes que comprar juguetes nuevos cada día, pero sí esconderle todos sus juguetes (entre 10 y 15) y cada día cambiarlos y rotarlos. ✔Es importante que te involucres en el juego. Para tu perro todo será más emocionante si ve que a ti te interesa también. Juega 5 minutos al día con él a jalar o aventar juguetes. Recuerda que los perros son seres sociales y jugar completamente solos normalmente no es algo que les motive lo suficiente.

Muchos creen que la edad provoca que dejen de interesarles el juego. Es verdad que la edad puede provocar un cambio en los intereses, pero no una pérdida completa en el juego (a menos que tenga un problema relacionado con artritis o Síndrome de Disfunsión Cognitiva). Los intereses de nuestros perros pueden cambiar a lo largo de su vida, nuestro trabajo es ir explorando y descubriendo esos intereses. Algunos factores que pueden ayudarte a escoger el mejor tipo de juguete para tu perro:

  • Su temperamento
  • Su personalidad
  • Su raza
  • Sus preferencias
  • Su nivel energía
  • El entorno
  • Su edad
  • Su salud

Además, están los factores del propio juguete que pueden provocar más o menos interés en cada perro:

  • Su material
  • Su olor
  • Su color
  • Su sabor
  • Su textura
  • Su tamaño

    2. Depresión

    Esta es una causa generalmente ignorada. Aunque no lo creas nuestros perros también pueden sufrir depresión. Probablemente haya pasado por un cambio grande y desde ahí haya perdido cierto interés por algunas cosas. Otros síntomas de la depresión canina son: duerme más de lo normal, desinterés por la comida, desinterés por la interacción social (perros o humanos) y desinterés por la exploración. Si crees que este es su caso, lo ideal es empezar a presentarle diferentes actividades fáciles de realizar y animarlo más que nunca. La incorporación de recompensas es esencial para tratar la depresión. Intenta emparejar un premio ante cualquier intento de interacción con el entorno. Si se levanta a oler una planta es razón suficiente como para premiar y hacer una fiesta por ello. Poco a poco tendrás a un perro más entusiasmado por la vida y podrás incluir poco a poco diferentes juguetes e interactuar con ellos.

    3. Falta de socialización o nunca lo aprendió

    Una falta de socialización temprana puede causar que un perro no esté interesado en el juego porque no lo hizo mucho o porque nunca aprendió a hacerlo. Para eso, tendrás que enseñarle a jugar.

    1. Deberás empezar desde lo más fácil y eso es colocando premios alrededor de los juguetes de tu perro. Tu perro deberá mover los juguetes (y por lo tanto, interactuar con ellos) para recibir cosas buenas (premios comestibles). Cuando veas que cada vez que sacas un juguete se emociona, pasa al siguiente paso.
    2. Deberás empezar a involucrarte en la actividad. Ahora no pongas premios en los juguetes directamente. Anima a tu perro a jugar o interactuar con el juguete o en el juego. Cada vez que veas que interactúa con el juguete aunque no sea para jugar en sí, saca un premio y dáselo. Empieza premiando interacciónes sencillas como: mirar el juguete, olerlo, acercarse un poco, lamerlo, etc. Poco a poco empezará a interactuar más usando su hocico y podrás empezar a lanzarle juguetes o jugar a jalarlos. Hay muchas opciones.
    3. Enséñale algunas reglas. Introduce reglas básicas como: tráelo, suelta, ve y se acabo. Cuando le enseñes estas reglas recuerda premiarlo por ello. Todo esto ayudará a que el juego sea fácil y claro tanto para tu perro como para ti.
    4. Explora sus intereses. Asegúrate de que lo que juegas con él es interesante y divertido para él. Queremos que tenga asociaciones muy positivas con el juego para que lo repita con más frecuencia. Para eso, toma en cuenta los factores del primer punto.

    4. Exceso de estimulación

    Seguro que esta no te la esperabas. Así es, un perro podría no querer involucrarse en más actividades porque ya ha tenido demasiadas. Esto es común en perros que no tienen tiempo suficiente para descansar, en perros que los ponen a hacer demasiado ejercicio, o en perros que están todo el día paseando con su tutor. Por eso mismo, se quedan prácticamente sin energía para jugar. Para esto, te recomiendo que asegures que tu perro descanse lo suficiente. La mayoría de los perro necesitan mínimo 14 horas de descanso al día en un lugar tranquilo y libre de distracciones. Asimismo, está muy bien que le des prioridad a la actividad física, pero trata de encontrar un balance entre ejercicio, juego y descanso.

    5. Asociaciones negativas

    Se le ha castigado por hacerlo. Es probable que en algunas ocasiones se le haya regañado o castigado por intentar jugar. Esto puede provocar que desarrolle una asociación negativa con el juego o con sus juguetes. Si este es su caso, el proceso será más lento, pero muy efectivo. Empieza a interactuar con tu perro mediante juguetes y premia cada vez que tenga algún tipo de interacción con ellos o con otras personas y perros mediante el juego. Empieza desde interacciones muy sencillas como: ver el juguete, olerlo, mover la cola cuando ve el juguete, etc. Debe reaprender a que jugar está bien, está permitido y provoca cosas buenas: premios e interacciones buenas con su tutor. Para lograr todo eso tienen que eliminar todos los regaños y castigos cuando tu perro intente interactuar mediante el juego. Básicamente tiene que volver a tener confianza en que el juego no le trairá cosas malas.

    6. Altos niveles de estrés

    Estar en un entorno estresante para nuestros perros puede provocar que pierdan interés por cosas que deberían interesarle. Esto puede pasar tanto con la comida como con el juego. Observa su lenguaje corporal, si ves que tu perro continuamente muestra señales como: cola metida, orejas hacia atrás, cuerpo agachado, gran dificultad para concentrarse, temblores, jadeo, o respiración acelerada, probablemente esté estresado por algo y eso no le permite enfocarse en cosas divertidad o placenteras. Para eso, indentifica qué es aquello que le provoca estrés e intenta que tenga asociaciones positivas con eso que le causa la emoción negativa. Verás que cuando logre tener días más relajados y sin estrés, querrá jugar más.

    7. Causas orgánicas

    Esta no es una causa comportamental, pero es la primera razón que debemos descartar ante todo comportamiento inusual. Es posible que la salud de tu perro esté en peligro. Consulta a un veterinario para descartar enfermedades o dolores.

     

    Como siempre, no hay una única solución para un posible problema. Todo depende de la causa que, una vez identificándola, su solución será más sencilla. Recuerda que el juego es un comportamiento súper importante para esta especie y debemos brindarles el espacio, tiempo y material para que puedan hacerlo y así obtener muchos beneficios para su bienestar y calidad de vida.

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